A pesar de su mala fama, los productos elaborados, o procesados, no tienen por qué ser perjudiciales y tienen su papel en una dieta equilibrada. Nos ayudan a dar variedad a la dieta y a ahorrar tiempo en la cocina, y añaden placer gastronómico. Para obtener el máximo provecho son importantes dos cosas: 1) elegir los de mejor composición nutricional, como los que te muestro aquí, y 2) combinarlos y alternarlos con los alimentos “básicos” como son las legumbres, el tofu, el seitán, el pan y otros cereales, etc.